Es la piedra del amor incondicional y del amor propio. Transmite paz, amor, tranquilidad y autoestima. Otorga energía cálida, libera las penas. El rodillo facial ayuda a aclarar, reafirmar y calmar la piel para proporcionarle un brillo joven y radiante además de dar un efecto tensor a través de un drenaje linfático suave y relajante, la piel se desintoxica y revitaliza.